PUEBLO MAGICO

El Programa Pueblos Mágicos, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.
 
Los objetivos del Programa Pueblos Mágicos tienen alcances muy amplios, entre otros, resaltar el valor turístico de localidades en el interior del país, para estructurar una oferta turística innovadora y original, que atienda una demanda naciente de cultura, tradiciones, aventura y deporte extremo en escenarios naturales, o la simple, pero única cotidianidad de la vida rural.
 
Un Pueblo Mágico es una localidad que tiene atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes, cotidianidad, en fin MAGIA que emana en cada una de sus manifestaciones socio - culturales, y que significan hoy día una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico.
 
Es claro que sus repercusiones rebasan con mucho la idea de mejorar la imagen urbana y se inscriben en la necesidad de conjuntar esfuerzos para convertirlos en detonadores de la economía local y regional. El turismo y el flujo de visitantes, produce resultados sorprendentes en comunidades de gran fuerza cultural y entornos urbanos y naturales de gran impacto.
 
Por ello, se actualizaron recientemente los instrumentos metodológicos así como los cuatro requisitos a cumplir para la permanencia de las localidades que participan en el Programa Pueblos Mágicos, mismos que se presentan en el siguiente documento:
 

En el pasado Santa Clara estuvo ocupada por indios purépechas quienes descubrieron el cobre, luego con la llegada de los españoles y ante su asombro por la nobleza de dicho metal, colaboraron en conjunto con los indios para mejorar las técnicas de trabajo y ayudaron a ampliar sus usos, sobre todo en el campo bélico.

Tanto en ete poblado como en sus alrededores, los antiguos indígenas de la región martilleaban el cobre para crear artículos utilitarios, adornos como cascabeles zoomorfos, bezotes, aretes y otros instrumentos como el hacha, al igual que en aleaciones con oro.

Sin embargo la llegada del obispo Vasco de Quiroga, el Tata Vasco como muchos de los artesanos lo llaman, marcó un cambio muy importante ya que la organización y progreso de las actividades artesanales y de los oficios floreció en esta otra provincia de Valladolid.

Vasco de Quiroga enseñó a perfeccionar las técnicas artesanales de los nativos, al mismo tiempo que introdujo nuevas formas de elaboración provenientes de España, entre ellas, la técnica de la fundición y el martillado, las cuales perduran hasta nuestros días.

Por su parte el Fray Martín de Jesús funda Santa Clara de Acuero en 1521, promulgándose su fundación legal en 1553, para ese entonces se le da el nombre de Santa Clara de los Cobres.

En 1765, según documentos de la época, Santa clara de los Cobres estaba formado por dos pueblos de indios naturales uno llamado Santa María Opopeo, conocido como " Molino" y el otro llamado Santiago de Ario compuesto por más de 400 habitantes.

Años después, específicamente durante el movimiento de independencia, Santa Clara fungió como el curato del insurgente Don Manuel de la Torres Lloreda.

Su nombramiento como villa llega en 1858 por decreto del Gobierno del Estado, agregándosele el nombre de Portugal en Honor a Don Cayetano de Portugal.

Para en 1932 toma su actual nombre de Villa Escalante en recuerdo a Salvador Escalante, sub-perfecto de la región y quien murió en combate durante la revolución, ya que Santa Clara es el lugar donde ocurrió el primer levantamiento en armas por el pronunciamiento de Francisco y Madero y el cual estuvo encabezado por Escalante.

Después de la revolución, se le puso el nombre de Villa Escalante a la cabecera y el 27 de enero de 1981, la villa recuperó el nombre de Santa Clara del Cobre, hoy uno más de los poblados michoacanos que a partir del 2010 se integra al programa Pueblos Mágicos.

Con Santa Clara del Cobre adherido a este programa, Michoacán se convierte en el estado mexicano con mayor cantidad de pueblos que reciben esta designación.